Reforzamiento positivo intermitente y el uso de redes sociales.
Una escuela pública estadounidense realiza asociaciones con sustento en el campo por el estudio de la psiquis humana acusando a plataformas de interacción virtual como generador contenido utilizadas en función de refuerzo positivo intermitente, generadores de conductas disfuncionales por la necesidad de repetir tal situación.
El refuerzo intermitente, Skinner se refiere a recompensas parciales, no se dan cada vez que se ejecuta una conducta sino que la repetición constante es quizá una de las formas más potentes de mantener conductas repetitivas. Ofrecer una recompensa a intervalos, recibir nuestra recompensa cada tanto… en definitiva mantenernos a la expectativa.
El uso de aplicaciones influyen y determinan en el aprendizaje (comportamiento y cognición) de las personas.
«Refuerzo Positivo Intermitente», es lo que ha llevado a los colegios públicos de Seattle a presentar una demanda acusando a Meta, TikTok, Google y Snapchat de provocar en los jóvenes problemas de salud mental. Es lo que ha hecho que dejemos de leer libros, que vayamos por la calle como zombies y que perdamos horas y horas viendo contenidos irrelevantes para «paquetizar» nuestra atención y venderla a los anunciantes.
(Fuente: Diario Publico.es)
-«Tinder no está diseñado para encontrar el amor, sino para engancharse al uso de esta red social. ¿Y cómo logra generar adicción a millones de usuarios? A través del uso de mecanismos conductistas y psicológicos como el refuerzo intermitente y «empeorando» expresamente su algoritmo inicial que era demasiado bueno y establecía matches reales.
«Burrhus Frederic Skinner, el célebre psicólogo, filósofo social y uno de los padres del conductismo comprobó con ratas sus teorías acerca del condicionamiento operante. En un principio experimentó con el refuerzo positivo de forma que las ratas recibían comida si respondían positivamente al estímulo. Luego se le ocurrió ofrecer un refuerzo intermitente, una recompensa impredecible no consecuente. La rata no siempre recibía comida tras tocar la palanca.
«La incertidumbre con respecto a la recompensa era más adictiva, el hecho de no saber cuándo va a llegar era un acicate mayor que la certidumbre acerca de un premio por una actitud positiva. Para Skinner esto supuso concluir que el aprendizaje de una conducta es aún más fuerte cuando la consecución de la recompensa no se puede predecir».
El sistema límbico sería el circuito principal por el que discurriría el circuito de recompensa en el que intervienen partes muy relevantes del cerebro como la amígdala o el hipocampo. Y la dopamina sería el neurotransmisor encargado de activar el sistema de recompensa generando placer. De esta forma el refuerzo intermitente de esta recompensa impredecible actúa como la zanahoria atada al palo del burro. El usuario persigue su bocado de dopamina que llegará en algún momento del trayecto».
La escuela también hace relación con una patología historica muy compleja como es el proceso de adictivo de conductas y objetivos, acusan a los creadores de las app por crear contenido generador de una búsqueda repetitiva de placer inalcanzable, «prohibieron a sus hijos usar dicha tecnología ya que la primera norma de un narcotraficante es no consumir su mercancía».